Por qué escapé a la prosa…
Realizo mi trabajo de escritor para derrotar a la adversidad, para suavizar el ritmo violento del mundo; en mi fría tumba, espero estar libre de todo, incluso del odio, el rencor, el resentimiento, la amargura, el mal, la aflicción, la pena, el dolor, los tormentos, los celos, las deudas, la envidia, la paranoia, la locura, de las sombras, los temores, la frialdad, la traición, la perfidia y de tu amor enfermizo; dicen que nacemos libres pero vivimos encadenados, es necesario sacudir el yugo; la muerte además de compañera fiel por siempre, será mi liberadora.
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